Hoy, que la ginebra ya no embota mi cabeza.
Que he cerrado la ventana
para que el viento no susurre el olor de
otras,
el canto de sirenas que me ofrecen
consuelo,
sin olvido.
ni perdón.
Hoy que los mosquitos chocan contra el
cristal,
cegados por el hambre y el ansia
al ver que me desangro en cada esquina.
Hoy, que me he negado a buscar más porno,
a dejar de esconderme cuando te recuerdo,
a ponerle tu nombre
al nudo de mi estómago.
Es ahora cuando más fuerte vuelves,
y me sigo extrañando, siempre lo haces.
Porque debo ser el gilipollas que huye en círculos.
Que huye en estampida
arrasando todo a su paso
volviendo a llegar a sus propias ruinas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario