Me voy a dormir sabiendo que hace horas que sueñas.
Y me retuerzo intentando adivinar en qué.
Siempre tienes sueños de locos,
tanto! que vale la pena escucharte hasta durmiendo.
Porque cuando duermes sonríes,
y no hay oro que valga ver asomar esa media encía.
Calculo tus fases REM con la última conexión.
Con esas buenas noches que no son para mí,
que ya no lo son.
Porque ya, solo son noches.
Me autoenfado y castigo mi cerebro
intentando sacarte a la fuerza,
a fuego,
lento,
para que se cocine todo desde dentro.
Y sonrío con una extraña mueca si te pienso,
y te pienso en lo bueno, a destiempo,
al contratiempo de pensarte en lo malo.
creando el compás del que nacen las tormentas...
Así que aquí dentro llueve y
deja las goteras en mi casa,
sobre mi cama, empapando mi almohada
y dando de comer al monstruo del insomnio.
Dándome techo en la recena, postcena y desayuno,
alimentando las grietas.
Goteras que caen desde mi cráneo hasta el estómago
Haciendo cada vez más grandes las grietas.
más grietas...
Me levanto esperando ese buenos días
a sabiendas de que ya es tarde.
Tu siempre fuiste de acostarte pronto
mientras yo,
yo,
disfruto estando solo de madrugada.
O al menos, lo hacía!
Intento mantenerme activo y distraído,
tener la mente en otro lugar, lejos
de los aros concéntricos dibujados en tus ojos.
de tus caderas, de tus hoyuelos al sonreír.
Hay veces que hasta consigo evadirme,
veces que pienso que estoy avanzando, pero
no hay porno que olvide tu recuerdo,
no hay mujeres que merezcan olvidarlo...
No hay porno que olvide tu recuerdo,
no hay personas que merezcan ser mujer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario